lunes, 8 de abril de 2013

DOS SUPERDOS

Dicen por ahí que las cosas se aprenden a base de repetirlas, que aprendimos a caminar a base de dar pasos con torpeza, a escribir a base de rellenar libretas de "Rubio" y a pescar a base de insistir un día y otro día y perdiendo peces que parecía imposible perder. Pues bien, esta entrada de hoy trata de dos chavales que están en esto último precisamente, de aprender a pescar y además, de hacerlo bien.
Son Daniel "Ciru" y Damián "Dami", lugareños, del concejo de Muros de Nalón y llevan la "droga" de la pesca en las venas. Son jóvenes, muy jóvenes, pero con una afición y una entrega digna de cualquier pescador veterano, además son respetuosos con el medio y con los peces, respetan las medidas mínimas aunque sea por un sólo centímetro de menos.
He tenido la suerte de compartir con ellos varias jornadas de pesca y os puedo asegurar que además son generosos, no se pelean por los sitios buenos, me los han cedido y se los han cedido entre ellos en todas las ocasiones en que hemos estado juntos.
 
Es cierto que llevan poco tiempo pescando, al menos pescando los sargos a boya, pero hay cosas que son de obligado conocimiento desde el primer día. Cuando se clava un sargo la caña debe estar arriba, el puntero tiene que "trabajar" que para eso está, el freno del carrete debe estar lo suficientemente apretado como para que no salga el hilo a la mínima carrera que este emprenda, pero lo sufientemente flojo como para que salga si es de considerable tamaño y no hay quien lo pare, al menos en un primer intento, o si por casualidad clavamos otro pez que no sea un sargo y empiece una huída a la desesperada, caso de las sabogas, doradas o roballizas, que en alguna ocasión pican.
Una vez clavado, no se debe "pasear" al sargo por la puesta. En el momento de clavarlo ya debemos intuir el tamaño que puede tener y consecuentemente debemos estar pensando en sacarlo del agua tan pronto como sea posible, sin acelerarse y sin cometer errores que nos lleven a perderlo.
El momento de levantarlo es delicado, pero no debeis dudar, un sargo balanceándose colgado de una caña, además de ser estéticamente horrible, puede producir la rotura de la misma y eso nos arruinaría la jornada y el bolsillo, se debe levantar de tal manera que al llegar a nuestra posición nos quede a la altura de la barriga o del pecho, momento en que con la mano izquierda lo agarramos para que no se mueva.
Es muy importante, en este punto, no poner nunca la caña vertical con el pez colgado, eso produciría una rotura automática del puntero.
Toda esta explicación es para peces con tamaños razonables, cuando sean grandes, lo importante es tener un sitio para colocarnos y otro para posarlos, y eso se debe mirar en el momento de empezar a pescar, no cuando lo tengais calvado y no sepais dónde ponerlo.
Después de mucho tiempo pescando, los sargos me han puesto en situaciones muy complicadas y muchos se me han escapado, pero eso te enseña lo que no debes hacer. De todas formas la escuela de los muiles es muy válida, recuerdo que cuando no estaba la mar para pescar pasaba horas pescando muiles que después devolvía al agua y eso te da experiencia en como trabajar el pescado, así que ya sabeis, a seguir practicando.

Un amigo

2 comentarios:

  1. Hola Miguel los conoci a los 2 chavales el otro dia pescando en el pedrero a spinning antes de bajar a la tienda y conocerte a ti y vaya que apuntan maneras de ser 2 buenos pescadores ahora hay que alimentar bien esa buena aficion...

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  2. Jajaja, antes la ''escuela'' de los muiles era paso obligado para subir de categoría y meterse con los sargos. Ahora muchos de los que empiezan se saltan esos pasos (y otros) y se ve cada cosa por ahí..... Mucha teoría, mucho blog, pero lo que hace un buen pescador es la práctica y la experiencia (y por supuesto, los capotes) jejeje.
    Un saludo desde Gijón.

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